La obra infancia es un modo de rendir homenaje a lo que fue mi infancia a través de una selección fiel y caprichosa de capítulos compuestos por imágenes y elementos.

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La obra fue planteada pensando en el relato. Hay una deconstrucción (mía) sucedida luego por una reconstrucción (por parte del observador).



Se eligió un sistema que alude al utilizado en el análisis de evidencia.

En mi caso, el embolsado sirve para dividir en capítulos y para que ese material no sea percudido por el tiempo ni por los espectadores. Sobre todo en sentido abstracto. Lo que se cuenta no puede ser afectado-modificado por quien lo mira, porque la misma distancia temporal lo protege. Las bolsas de polietileno se ocupan de sellar esos momentos, de conservar su espíritu. El relato queda así protegido en el tiempo.

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En las bolsitas hay registros de distintos momentos, cartas, un anillo de una sociedad secreta que tuvimos con otras 2 amigas, la reconstrucción en photoshop de mi mayor pesadilla diurna recurrente de la infancia (Que si rascabas el cerco de casa aparecía LA GATA!), una foto sacada con la 1º cámara de fotos de mi hermana mayor, una carta del ratón pérez, la ida con mis hermanos a ver a XUXA (mi ídola (qué horror!) además de Michael Fox), un rollo de fotos sin revelar, prefiriendo dejarlo intacto ahí adentro de la bolsita (como componente misterioso no revelado ni a mí misma) que enterarme de su contenido. También hay golosinas y útiles como registro de una época.



Por su tamaño y forma, el contacto con la obra es 1 a 1, lo que da un toque de intimidad en la relación con la obra, más allá de la aparente crudeza estética del embolsado como si se tratara de evidencia científica.

Así como sucede que en la obra MOMENTOS DE UNA VIDA en el acto de mirar los frascos hay algo de espiar, de analizar evidencia, creo que aquí se acentúa. 

INFANCIA es definitivamente un modo de poner orden y de cerrar una etapa (vivida hoy con mucha nostalgia), a través de un pequeño homenaje.

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INFANCIA
FELICIDAD